Superficies iridiscentes y acabados brillantes para un hogar que tiene a lo maximalista y lo efectista, dejando atrás la decoración más minimalista. Se busca sorprender, generar impacto, energía.
Acabados de vídrio o metálicos no solo añaden un toque de lujo, sino que también reflejan la luz, creando espacios más luminosos y más vibrantes.
El trenzado y la rejilla vuelven a ser protagonistas, evocando una estética que fusiona lo artesanal con lo contemporáneo. Este estilo, añade un toque de tradición y modernidad a cualquier espacio. Las texturas y patrones trenzados no solo aportan una apariencia visual atractiva sino también una experiencia táctil enriquecedora.
La tendencia hacia acabados hechos a mano refleja un deseo creciente de personalización y autenticidad. Superficies texturizadas, como ciertos papeles pintados, o piezas como cuadros son una opción perfecta.
El encanto de la decoración vintage y la artesanía perdurará en 2025, con una fuerte inspiración en los estilos de los años setenta. Este retorno a la decoración retro no es simplemente una mirada nostálgica al pasado, sino una reinterpretación moderna que combina los mejores elementos de esos tiempos con las necesidades y gustos contemporáneos.
Los muebles de madera más oscura, en sintonía con el color del año 2025 - Mocha Mousse - y estampados aportan calidez y un sentido de historia, haciendo que nuestros hogares se sientan más acogedores y personales.
El océano, con su inmensidad y misterio, se convierte en una fuente de inspiración clave. Colores fríos como el azul claro y el morado evocan la tranquilidad del mar, mientras que elementos decorativos que recuerdan a la vida marina aportan frescura y naturalidad a los espacios interiores.
Esta tendencia no solo se trata de estética, sino de traer un poco de la serenidad y belleza del océano a nuestros hogares, creando refugios personales que invitan a la relajación y la meditación.
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