Lo cierto es que en cualquier instalación eléctrica es precisa la toma de tierra. No en vano, gracias a ella podemos evitar fatales accidentes domésticos. Así, si estamos descalzos o sobre un suelo mojado y abrimos, por ejemplo, el frigorífico y éste presenta un defecto de aislamiento, la toma de tierra impedirá que la corriente llegue hasta nosotros.
En concreto, según el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión español, “las puestas a tierra se establecen principalmente con objeto de limitar la tensión que, con respecto a tierra, puedan presentar en un momento dado las masas metálicas, asegurar la actuación de las protecciones y eliminar o disminuir el riesgo que supone una avería en los materiales eléctricos utilizados”.
Sin duda, la toma de tierra que encontramos en los enchufes es el caso más conocido.
En su interior, se aprecian tres cables: la fase, el neutro y la toma de tierra que suele ser de color verde e incluso amarillo. Normalmente la toma de tierra no lleva corriente eléctrica ya que su único cometido es protegernos.
No obstante, no podemos hablar de un precio concreto por la instalación de una toma de tierra en casa pues existen diferentes situaciones que requerirán la instalación de este sistema u otro de toma de tierra.
Así, a grandes rasgos podemos citar los siguientes tipos en función de su colocación:
En cualquier caso, recuerda que tu intención es reformar una vivienda antigua, debemos asegurarnos de que cuenta con la debida toma de tierra en sus enchufes y, por supuesto, que su cableado no presenta defectos.
Por este motivo, siempre resulta recomendable contratar a un electricista para que revise la instalación y se ocupe de llevar adelante las reformas pertinentes.
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