No podemos olvidar que la mayoría de niños que se ahogan no tienen ni 6 años, pues suele ser a partir de esa edad cuando aprenden a nadar y a defenderse en el agua. Además, 3 de cada 4 fallecimientos se producen en piscinas privadas dado que no hay socorristas y no hay, en suma, una vigilancia continua.
La cifra resulta abrumadora pues se estima que cada año fallecen 5.000 menores debido a los ahogamientos.
Por lo tanto, hay mucho que hacer todavía en cuanto a seguridad infantil en piscinas. En este sentido, podemos tener en cuenta este artículo de la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, que nos sugiere estas pautas para ello:
No podemos olvidar esta eficaz estrategia de vigilancia que establece que el adulto responsable de controlar a los niños durante el baño observe a los pequeños cada 10 segundos como mínimo, además es necesario que los tenga al alcance. En concreto, se recomienda que la distancia se pueda recorrer en 20 segundos como máximo.
La seguridad se ha visto reforzada en los últimos años con innovaciones como alarmas para piscinas que avisan cuando alguien ha caído al agua cuando previsiblemente tiene que estar vacía. Este tipo de dispositivos se activan cuando concluye el baño y son muy útiles para avisar de cualquier tipo de accidente.
Sin duda, la seguridad infantil en piscinas no es asunto baladí y conviene tomárselo muy en serio. Por lo tanto, sigue nuestros consejos y evitarás sustos y, sobre todo, desenlaces fatales en el periodo estiva
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