Lo cierto es que actualmente únicamente el 5% de los préstamos otorgados son de estas características. Por lo tanto, aunque no abundan, se puede conseguir su negociación.
Aunque es muy probable que prácticamente todos tengamos claro en qué consiste una hipoteca de estas características, nunca viene mal que repasemos el concepto. Así, hablamos de un préstamo hipotecario que alcanza el total del valor de compraventa o de tasación del inmueble que nos hemos propuesto adquirir.
Por lo tanto, dado que nos prestan más dinero, nos encontramos que los plazos para su devolución suelen ser más largos, incluso de 40 años.
Una vez que has decidido solicitar este tipo de hipotecas, ten en cuenta que la entidad financiera será más favorable a darte el sí siempre que reúnas los siguientes requisitos:
Ten presente que las entidades financieras están muy interesadas en desprenderse de las viviendas que tienen en propiedad y, por este motivo, se muestran proclives a ofrecer unas condiciones de financiación altamente atractivas.
Dado que la hipoteca se extenderá durante muchos años es preciso que las personas que se comprometan a su pago sean jóvenes. Por lo tanto, quienes tengan ya una cierta edad difícilmente podrán obtener esta clase de hipotecas.
Determinados perfiles de clientes, como los funcionarios bien remunerados o personas con un contrato estable, tienen más posibilidades de acceder a este tipo de hipotecas.
Ofrecer al banco una garantía de pago como la figura de un avalista que respondería económicamente en caso de que el hipotecado no pagara sus cuotas mejorará nuestras probabilidades de éxito.
Otra circunstancia que puede decantar la balanza es que cuentes no solo con estabilidad financiera, sino unos adecuados ingresos. En este sentido, será preciso que la cuota hipotecaria mensual no suponga más del 40 % de los ingresos familiares.
En estos casos, el banco siempre tendrá la opción de ofrecerte el 100 % del inmueble.
Por supuesto, también es necesario que el cliente no tenga otras deudas, así como tampoco ha de figurar en ningún registro de morosos. Otro punto a favor sería un determinado nivel de ahorro de, por lo menos, el 10% de la vivienda que se pretende adquirir. Además, podrías barajar la idea de contratar a un asesor financiero para que te asesore al respecto y te ayude a negociar con el banco las mejores condiciones para ti.
Resulta evidente que obtener una hipoteca al 100% no resulta tarea fácil, pero si cumples con estos requisitos es muy probable que tengas éxito en tu propósito. Por lo tanto, valora todos estos aspectos y evalúa cuáles son tus posibilidades.
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