Este material, además, no cesa de reinventarse ya que incluso podemos hablar de la creación de un tipo de revestimiento que imita un jardín vertical y que es capaz de eliminar con su tecnología el óxido de nitrógeno del ambiente. Por supuesto, también es capaz de emitir oxígeno, contribuyendo así a la mejora de la calidad del aire.
Al margen de este novedoso producto, en este artículo vamos a hablar de los distintos tipos de revestimiento que seguramente te parecerán perfectos, no solo para su instalación en el baño o la cocina, sino también para muchos más rincones de tu hogar.
Podemos hablar de un amplio abanico en función de la composición, el acabado, las dimensiones, el espesor y la dureza.
Este es uno de los tipos de revestimientos cerámicos más conocidos. Destacan por su aspecto plano y de poco espesor. Para su fabricación se utilizan arcillas, sílice, fundentes, colorantes y otras materias primas. Su gran resistencia al paso de los años y al agua, además de su fácil mantenimiento, lo han convertido en el revestimiento por excelencia en baños y cocinas. En el mercado encontramos infinidad de modelos con diseños y decoraciones variopintas.
Así es como se denominan comúnmente las baldosas cerámicas. Podemos hallarlas esmaltadas, en mate o en acabado brillante. Sus juntas son prácticamente invisibles lo que las dota de una sensación de continuidad que muchos valoran. Dicho material admite su uso tanto en interiores como en exteriores.
También conocido como mosaico veneciano o venecita, es un alicatado muy antiguo, pues empezó a utilizarse en la cultura griega y romana. No en vano, se caracteriza por su alta resistencia a la humedad, así como a los cambios de temperatura e, incluso, a los productos químicos. Por eso, según nos recuerdan desde Consumer, se ha convertido en la opción más habitual de baños, cocinas y exteriores. Además, en un segundo artículo del citado medio, nos explican que dado que el gresite está conformado por azulejos pequeños, de apenas 3 o 4 centímetros de ancho, podemos realizar diseños tanto en las paredes o en los suelos donde vaya instalado.
Este revestimiento artesanal no se suele esmaltar y nos ofrece unos colores cálidos. El hecho de que sea un producto de aspecto y acabado imperfectos lo vuelve aún más natural y con grandes posibilidades decorativas. Así, en el portal de arquitectura Construmática, sostienen que este material es especialmente adecuado para el revestimiento de fachadas, suelos de locales públicos o industriales, etc.
Es uno de los tipos de revestimiento más artesanal y que, por lo tanto, se fabrica en pequeñas unidades productivas. Sin embargo, no es apto para todo tipo de ambientes. Al respecto, en un artículo de Houzz destacan que el barro cocido aporta un toque muy cálido pero tiene unas prestaciones técnicas limitadas. Por lo tanto, no lo podemos instalar sin meditar bien antes la decisión. Lo cierto es que absorbe mucho la humedad, lo cual no la hace muy aconsejable para las estancias más húmedas de la casa, como el baño o la cocina.
En definitiva, aunque puede parecerte un tanto abrumador en un principio informarte acerca de los diferentes tipos de revestimientos existentes, ya te habrás dado cuenta de que es muy fácil familiarizarse con ellos y elegir con toda esta información en tu mano. Recuerda que los azulejos son los más habituales en cocinas y baños, mientras que la versatilidad del gres porcelánico lo convierte en adecuado tanto para interiores como exteriores. Por su parte, el gresite ya se empleaba en la Grecia antigua, pero sigue de plena vigencia. En cambio, si queremos un ambiente rural, el gres rústico y el barro cocido son excelentes opciones. En cualquier caso, casi todos los revestimientos enumerados se distinguen por su gran durabilidad y fácil mantenimiento.
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