Los inmuebles sin posesión son cada vez más comunes en el mercado inmobiliario, especialmente en ejecuciones hipotecarias o subastas judiciales. Son propiedades cuya titularidad ha cambiado, pero el nuevo propietario aún no tiene acceso porque siguen ocupadas por el antiguo dueño, inquilino o un ocupante ilegal.
El interés en estos inmuebles radica en su precio reducido, al estar por debajo del valor de mercado debido a los problemas de acceso. Sin embargo, su compra implica riesgos legales y financieros que requieren un análisis detallado y una adecuada planificación. A continuación, explicamos qué son estos inmuebles, su origen, implicaciones y los riesgos y ventajas de adquirirlos.
La situación jurídica sin posesión en el ámbito inmobiliario hace referencia a un escenario en el que el titular legal de una propiedad no tiene la capacidad de disponer físicamente de ella. En este contexto, el nuevo propietario ha adquirido el título de propiedad, pero no ha logrado el acceso al inmueble debido a la presencia de ocupantes, ya sean inquilinos que no han abandonado la vivienda o antiguos propietarios que no han sido desalojados tras una ejecución hipotecaria sin posesión.
Esta situación es frecuente en inmuebles adjudicados tras procesos judiciales o hipotecarios. Hasta que se resuelva la ocupación, el comprador no podrá disponer libremente del bien, lo que puede generar incertidumbre sobre el estado del inmueble, los costes de desalojo y los trámites legales necesarios para obtener su posesión.
La venta de inmuebles sin posesión consiste en la transferencia de la titularidad de una propiedad sin que el comprador pueda disponer inmediatamente del inmueble. Este tipo de venta es común en situaciones de embargos o subastas, donde el inmueble está aún ocupado.
Aunque el comprador adquiere la propiedad a un precio inferior al valor de mercado, debe enfrentarse al reto de obtener la posesión legal, lo que puede implicar procedimientos judiciales costosos y prolongados. Las hipotecas sobre inmuebles sin posesión también presentan desafíos, ya que las entidades financieras exigen tasaciones que pueden no ser viables sin acceso al inmueble.
Los inmuebles sin posesión suelen proceder de situaciones en las que el propietario original no abandona la vivienda pese a que ya ha sido adjudicada a un nuevo titular. Algunas de las situaciones más comunes que pueden llevar a la falta de posesión incluyen:
Si el ocupante de un inmueble sin posesión se niega a abandonarlo, el nuevo propietario deberá iniciar un proceso judicial para reclamar la posesión. Esto puede implicar procedimientos de desahucio, que requieren la intervención de un abogado y, en algunos casos, una negociación con el ocupante para llegar a un acuerdo extrajudicial.
Es importante destacar que, en estos casos, el proceso puede ser largo y costoso, y el comprador deberá asumir los gastos legales. Además, durante este tiempo, el comprador no podrá utilizar ni alquilar el inmueble, lo que supone una pérdida de oportunidad.
Comprar una vivienda sin posesión puede parecer una gran oportunidad debido a los bajos precios que se ofrecen. Sin embargo, es una decisión que debe evaluarse cuidadosamente, ya que conlleva riesgos significativos.
Comprar un inmueble sin posesión puede ser una oportunidad de inversión interesante, pero implica asumir riesgos considerables. Antes de tomar una decisión, es recomendable contar con el asesoramiento de un abogado y realizar un análisis exhaustivo de los posibles costes y complicaciones.
¿Qué es la posesión de un inmueble?
La posesión de un inmueble es el control físico y legal sobre una propiedad, lo que permite al propietario utilizarla, alquilarla o venderla según sus deseos. No siempre coincide con la titularidad, ya que una persona puede tener la posesión sin ser el propietario.
¿Cómo se obtiene la posesión de un inmueble?
La posesión se obtiene a través de la entrega física de las llaves, o mediante un acuerdo entre las partes implicadas. En casos de propiedades sin posesión, se puede recurrir a procesos judiciales para obtenerla si el ocupante se niega a abandonar la vivienda.
¿Cuánto cuesta tomar posesión de una propiedad?
El coste de obtener la posesión de un inmueble varía dependiendo de la situación. En el caso de un desahucio judicial, los costes pueden incluir los honorarios de abogados, procuradores, y posibles indemnizaciones al ocupante, lo que puede elevar el gasto total a miles de euros.
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