Si quieres saber cómo conseguir una hipoteca puente y los requisitos que necesitas cumplir para ello, sigue leyendo.
Las hipotecas puente cumplen la función crucial de facilitar la compra de una nueva vivienda mientras aún se posee la anterior. De esta forma se ofrece un respiro financiero al cliente, permitiéndole pagar cuotas más bajas hasta que logre vender su antigua propiedad.
Es una solución efectiva para quienes desean evitar que se pierda una oportunidad de compra atractiva, por no haber podido vender todavía su casa actual. De esta forma, mientras esperan que se produzca esta venta (los bancos suelen dar entre 6 meses y 5 años), puedes pagar cuotas más bajas de tu antigua hipoteca.
El proceso de una hipoteca puente es sencillo, y lo mejor es entender las distintas etapas en las que se divide.
El banco otorgará un préstamo hipotecario que abarcará ambas propiedades: la que se comprará y la que aún no se ha vendido.
Este préstamo se utilizará para adquirir la nueva vivienda y cancelar la hipoteca existente de la propiedad actual.
Las condiciones de la hipoteca puente, como el plazo de devolución y el porcentaje financiado, dependerán de la entidad bancaria y las negociaciones del cliente.
La entidad proporciona un periodo, generalmente entre seis meses y cinco años, durante el cual el cliente solo paga intereses, manteniendo cuotas mensuales reducidas.
Este margen de tiempo ofrece al propietario la flexibilidad necesaria para encontrar un comprador para su propiedad actual.
Una vez que se vende la antigua vivienda, los fondos se utilizan para liquidar parte de la deuda pendiente, liberando la propiedad de cargas.
A partir de este momento, el cliente pasa a tener una hipoteca convencional sobre la nueva vivienda, con cuotas que incluyen capital e intereses.
Las hipotecas puente presentan características únicas, como la posibilidad de elegir entre tres tipos de cuotas durante el periodo de venta:
Pago de intereses con carencia de capital: Cuotas solo de intereses para mantener mensualidades más bajas.
Cuota reducida: Pagos menores que se destinan principalmente a intereses.
Cuota normal: Pagos de capital e intereses, similar a una hipoteca tradicional.
Además, estas hipotecas permiten obtener hasta el 100% del valor de la nueva vivienda, siempre que no supere el 80% del valor de tasación de ambas propiedades.
El plazo máximo puede llegar a 35 o 40 años, y generalmente, no hay comisiones al vender un piso que ya tienes y amortizar la deuda.
La decisión de solicitar una hipoteca puente debe basarse en las propias condiciones específicas de quien va a pedirla. Está claro que un compromiso como este también llevará asociados unos riesgos que deberás de valorar.
En cualquier caso, es una buena idea pedir una hipoteca puente en los siguientes casos:
Si la propiedad actual es fácilmente vendible y cumple con requisitos de mercado.
Si los precios de las viviendas están bajos, proporcionando oportunidades de obtener mayores beneficios al vender en el futuro.
Si serás capaz de hacer frente al pago de las cuotas, reducidas, pero cuotas al fin y al cabo, en caso de no lograr la venta de tu casa.
Cuando solicitas una hipoteca puente, se lleva a cabo un análisis de solvencia para evaluar tus ingresos, deudas y capacidad de pago.
Debes tener en cuenta que, estas hipotecas suelen permitir financiar hasta el 80% del valor de tasación de ambas propiedades, o incluso el 100% si el importe pendiente de la hipoteca actual no es demasiado elevado.
Como estás viendo a lo largo de toda esta guía, las hipotecas puente tienen ventajas e inconvenientes que debes conocer.
Entre las principales ventajas, quédate con estas:
Más tiempo para vender: Facilita la financiación de la nueva vivienda mientras se dispone de años para vender la propiedad existente.
Facilidades de pago: Cuotas más bajas durante el periodo de venta debido a la carencia de capital.
Por su parte, debes tener en cuenta estos inconvenientes:
Mayor riesgo de impago: Si la propiedad no se vende en el plazo acordado, las cuotas pueden aumentar significativamente.
Devaluación de la vivienda: Existe el riesgo de que la propiedad se devalúe, afectando el monto obtenido tras la venta.
Si las condiciones para obtener una hipoteca puente no se cumplen o el banco no la concede, existen alternativas financieras que puedes considerar. A continuación, te presentamos otras opciones para casos similares:
Esperar a vender la vivienda: Si prefieres evitar riesgos o necesitas mayor claridad, puedes optar por esperar a vender tu casa actual. Una vez realizada la venta, puedes utilizar los fondos para adquirir una nueva propiedad, ya sea con o sin necesidad de una nueva hipoteca.
Ampliar la hipoteca actual: En caso de no querer esperar, puedes solicitar a tu banco la ampliación del capital de tu hipoteca actual para financiar la compra de la nueva vivienda. Es importante tener en cuenta que esta opción implica cuotas más altas, ya que no se disfrutará de una carencia de capital.
Contratar una segunda hipoteca: Si la ampliación de la hipoteca no es aprobada, otra opción es solicitar un segundo préstamo hipotecario para la compra de la nueva vivienda. Aunque esta opción no es la más recomendable debido al proceso más extenso y al riesgo de pagar dos hipotecas simultáneamente, es una alternativa a considerar. En este caso, es crucial asegurarse de poder afrontar ambas mensualidades de manera sostenible.
Cuando consideras una hipoteca puente, es esencial comprender los posibles gastos relacionados con este tipo de financiamiento. A continuación, te ofrecemos un detallado análisis de los costes que podrías enfrentar al optar por una hipoteca puente:
Comisión de apertura: Al iniciar una hipoteca puente, algunos bancos pueden aplicar una comisión de apertura. Este coste se relaciona con la formalización del préstamo y puede variar entre entidades financieras.
Intereses durante el periodo de carencia: Durante el tiempo en que disfrutas de la carencia de capital, pagarás únicamente intereses. Es muy importante que tengas en cuenta este gasto adicional al calcular el presupuesto mensual.
Tasación de las propiedades: La tasación de ambas propiedades, la actual y la futura, es un requisito común al solicitar una hipoteca puente. Este servicio conlleva un coste que debe ser considerado en el proceso.
Seguro de vida y hogar: Muchos bancos solicitarán la contratación de seguros, como el seguro de vida y el seguro del hogar, como parte de las condiciones para otorgar la hipoteca puente.
Posibles comisiones por cancelación anticipada: Dependiendo de las condiciones del contrato, podrías enfrentar comisiones por cancelación anticipada si decides liquidar la hipoteca puente antes del plazo acordado.
Ahora ya sabes que, optar por una hipoteca puente implica considerar diversos gastos asociados. Es fundamental realizar un análisis detallado de los costes mencionados, así como evaluar las condiciones específicas ofrecidas por cada entidad financiera.
Recuerda que, en última instancia, la elección de una hipoteca puente debe alinearse con tus objetivos financieros y la situación única de tu inversión inmobiliaria.
Si lo hacen, son una herramienta valiosa en el sector inmobiliario español, brindando flexibilidad y soluciones estratégicas para aquellos que buscan realizar transacciones inmobiliarias sin perder oportunidades de compra.
Un crédito puente es una modalidad financiera que permite adquirir una nueva vivienda antes de vender la propiedad actual. Este préstamo cubre ambas propiedades durante el proceso de transición.
Los requisitos incluyen un análisis de solvencia, evaluando ingresos, deudas y capacidad de pago. La financiación puede llegar hasta el 80% del valor de tasación de ambas propiedades.
El proceso implica la contratación del préstamo puente, pago de cuotas reducidas durante la venta de la propiedad existente y, finalmente, la liquidación de la deuda al vender y trasladarse a una hipoteca convencional.
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