Así, a grandes rasgos, con el concepto proptech nos referimos a cualquier empresa del sector inmobiliario que utiliza la tecnología para refinar, mejorar o reinventar cualquier servicio.
De esta manera, mientras en el ambiente de las finanzas cuando las empresas del sector se alían con la tecnología se habla de las fintech, en el mercado inmobiliario encontramos un concepto similar: las proptech. El vocablo, como muchos habrán podido intuir, aúna el prefijo de dos palabras anglosajonas: pro (property) y tech (technology).
Sin duda, la transformación digital se ha colado en todos los ámbitos empresariales y las inmobiliarias no suponen una excepción a esta tendencia.
Este sector comenzó tímidamente en el año 2000 y actualmente crece de manera exponencial, ya que en 2020 se estima que había alrededor de 150 empresas dedicadas al proptech. Pero ahora, según datos de la consultora inmobiliaria Savills Aguirre Newman, en España trabajan 238 compañías proptech. Muchas de ellas, además, empezaron como punteras y prometedoras startups que se han asentado con éxito en el ecosistema empresarial.
Sin duda, es un sector emergente y que apunta maneras como prueba el hecho de que emplee a 5.500 personas. Conviene dejar sentado que estamos ante un concepto dinámico y en constante evolución, pero ya podemos establecer una serie de categorías dentro del fenómeno proptech.
Son las agencias clásicas que han decidido apostar fuertemente por la tecnología para contactar con los clientes e incentivar las compras de una manera innovadora. Para ello se sirven de plataformas web, además de soluciones de software específicas para la gestión inmobiliaria.
Todo ello les permite trabajar de forma más eficiente, ahorrar en costes e incluso brindar un servicio más satisfactorio al cliente que se siente más arropado.
Quizás fueron los primeros en subirse al carro de las proptech. Empezaron de forma paulatina y tímida con unas primeras funcionalidades que se fueron sofisticando con el tiempo.
Su principal cometido es rastrear las oportunidades inmobiliarias que respondan al interés y criterios de búsqueda del cliente.
Esta es otra forma exitosa de proptech que, sin duda, he encontrado su público. En concreto, se trata de la puesta en alquiler de inmuebles privados. Airbnb es el ejemplo más paradigmático, pero hay muchas más que han seguido sus pasos y que se han convertido en todo un referente.
Están en pleno auge y se estima que el 17 % del proptech inmobiliario corresponde a este tipo de negocios.
No podemos olvidar en este listado la llegada de un tipo de empresas que concentran infinidad de servicios que resultan de suma utilidad para el mantenimiento de las fincas, así como de atender diversas cuestiones legales relacionadas con ellas, entre otros temas. En suma, se ocupan de todo aquello que les solicite el propietario.
Esta tendencia se ha vuelto crucial y cada vez demanda un mayor protagonismo. Sin embargo, para los profanos esto del Big Data encierra un gran misterio porque ¿a qué nos referimos realmente?
Debemos dejar claro que el Big Data hace referencia a una considerable cantidad de información que puede ser extremadamente útil para muchas empresas, ya que proporciona respuestas a infinidad de preguntas y ayuda, por lo tanto, a adoptar las decisiones más adecuadas.
También hay empresas dentro del sector proptech que se dedican a la domótica y a mejorar nuestros hogares gracias a la revolución que traerá la conocida como internet de las cosas.
No podemos olvidar que todos los aparatos del hogar, hasta la más nimia tostadora, tiende a volverse inteligente para facilitarnos tareas tan sencillas como subir o bajar las persianas, encender las luces, cocinar o simplemente hacer la compra poniéndonos al tanto de lo que nos falta en la nevera.
Una de las más recientes novedades que nos ha traído la tecnología es la posibilidad de aportar nuestro granito de arena en un crowdfunding inmobiliario.
De esta manera, se emprenden iniciativas que tienen como meta la compra de algún inmueble que por sus especiales características despierta el interés o simplemente un deseo de invertir. Esta suerte de Monopoly inmobiliario es posible gracias a plataformas como Crowdestate o StateGuru, entre otras muchas.
Es obvio que muchas de estas nuevas funciones no serían posibles si no hubiese empresas especializadas en el diseño y desarrollo de programas específicos para el mundo inmobiliario.
Estas se encargan de poner en marcha softwares que permiten mejorar la relación con los clientes, con los conocidos como CRM (Custom Relationship Management), además de diversas aplicaciones de realidad virtual para que los inmuebles puedan mostrarse a través de cómodas visitas virtuales, etc.
En suma, estamos ante un floreciente sector que se ha ramificado de manera evidente en los últimos años. Hasta tal punto que es difícil eludir en cualquiera de nuestras acciones. Así, ya sea al buscar nuestro próximo destino vacacional, al tantear nuestra futura casa o simplemente al instalar la domótica en la vivienda nos estaremos dando de bruces con el proptech. Por lo tanto, vale la pena conocerlo bien porque es un concepto que ha venido para quedarse.
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