Este material es el más empleado actualmente en la fabricación de los sanitarios que encontramos en nuestro baño. La cerámica vitrificada es el material más popular y, por lo tanto, de mayor proyección en el sector sanitario. Para su elaboración se emplean arcillas, caolines, feldespato, además de cuarzo y otros elementos minerales que posteriormente se recubren de un esmalte a base de cristal que se vitrifica sobre la superficie al aplicar gran cantidad de calor.
Los precios de la porcelana vitrificada, tal y como explican en un artículo de la empresa Entorno Baño, puede variar, ya que es posible encontrar modelos baratos mientras otros son más costosos al considerarse de gama alta.
En esta misma fuente aseguran que la porcelana resulta bastante difícil de rayar, pero si esto llegara a ocurrir podemos reparar el desperfecto con kits de reparación de porcelana que se encuentran a la venta. Con estos utensilios podremos rellenar el área rayada y dejarla prácticamente inexistente. Otra de las ventajas de la porcelana vitrificada es que es un material que se adapta tanto a baños de aspecto minimalista y moderno como a aquellos de diseño más tradicional.
Por lo tanto, la porcelana vitrificada es el material de uso más común en este ámbito. No en vano, sus excelentes cualidades, como la dureza o la resistencia, al desgaste la han convertido en una de las mejores candidatas para la elaboración de los sanitarios del baño. Además, el hecho de que sea un material que no favorece el desarrollo de bacterias y hongos también ha supuesto una ventaja importante para su despegue en este sector.
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