A la hora de valorar cuál es la mejor pintura para interiores, debemos tener presentes varios aspectos, como el poder de cubrición de la pintura, si es fácil aplicarla (sobre todo si la tarea la vamos a asumir nosotros), su resistencia al uso de la estancia, si es la más adecuada para un espacio específico… Por lo tanto, decidir puede no ser tan fácil a priori. Una de las más empleadas es la pintura plástica, pero ¿en qué consiste?
La pintura plástica se compone de un revestimiento con base agua sencillo de aplicar, que no desprende olores, cubre muy bien, se seca rápidamente, se puede limpiar con agua y la encontramos disponible en una amplia gama de colores y acabados.
Es el tipo de pintura más habitual para aplicar directamente en superficies como el cemento o el yeso, además es la menos tóxicas. Es decir, nos desprende vapores perjudiciales para la salud de la persona que los inhala.
Las acrílicas son adecuadas para todo tipo de superficies (por cierto, técnicamente también son pinturas plásticas). Entre sus ventajas, encontramos que se secan con rapidez y resultan muy transpirables. Estos dos aspectos hacen que la pintura acrílica sea perfecta para los ambientes húmedos. No en vano, su carácter transpirable evita que la humedad acumulada fomente el desarrollo de moho.
Tampoco es tóxica. No obstante, tal y como explican en esta lista de consejos de ManoMano, existen pinturas acrílicas para pared más respetuosas con el medio ambiente que otras. Para ello debemos buscar la etiqueta europea Ecolabel, que nos indica que el producto presenta una baja emisión de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV). Esto es, de sustancias químicas que se liberan fácilmente en el aire al aplicar la pintura. Hay más de 300 sustancias y las más comunes son los formaldehídos, los terpenos y el benceno. En cualquier caso, siempre conviene ventilar la casa tras pintar.
En definitiva, si queremos elegir la mejor pintura para interiores, las dos descritas en este artículo son unas buenas candidatas.
En los últimos años también han ganado presencia las pinturas vinílicas. Estas últimas son adecuadas tanto para interiores como exteriores y, según explican en el citado artículo de Mapfre, las acrílicas y las vinílicas son muy similares en muchos aspectos: secado rápido y poca toxicidad (emanan pocos vapores). No obstante, las pinturas vinílicas presentan una mayor gama de colores y pigmentos. Además, resisten mejor la intemperie y los roces. En contra de las vinílicas estaría su precio, pues son algo más caras que las acrílicas.
Las pinturas acrilicas para pared no están exentas de ciertos inconvenientes. Así, has de tener la precaución de no aplicarlas sobre superficies que hayan sido tratadas previamente con pinturas con base de aceite. Esta circunstancia impide que las acrílicas se adhieran correctamente a la pared. Por lo tanto, en el caso de que decidamos emplearlas, debemos tomarnos la molestia de eliminar antes cualquier resto de pintura anterior. Esto lo podemos conseguir mediante el lijado de la pared.
También a la hora de extenderla pueden surgir problemas, sobre todo si optamos por aplicarla nosotros mismos, ya que no somos profesionales. En concreto, pueden llegar a apreciarse los brochazos.
En suma, a la hora de escoger cuál es la mejor pintura para paredes ten presente lo comentado en este artículo. Recuerda que tanto las pinturas acrílicas como las plásticas secan con gran rapidez y que, además, son las menos tóxicas del mercado, sobre todo si las escogemos con certificación Ecolabel. En cualquier caso, recuerda que no es lo mismo pintar en el exterior que en el interior de la vivienda, pues ciertas pinturas son más resistentes.
O cuéntanos lo que necesitas y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible