Como no podemos empezar la casa por el tejado, vamos a explicar en primer lugar en qué consiste este popular sistema de calefacción.
Así, el suelo radiante consta de una red de tuberías que se extienden por debajo del pavimento de la casa y una capa de mortero.
Por estos tubos circula agua caliente o fría (pues sirve tanto como método de calefacción como de aire acondicionado) que irradia calor o frío a través del suelo.
Dicho esto, vamos a abordar en primer lugar las ventajas del suelo radiante:
Por supuesto, todo tiene su contrapartida y también hay que hablar de las desventajas del suelo radiante:
La inversión económica puede ser importante en un principio, ya que su instalación requiere que se levante todo el suelo de la vivienda. Por eso mismo, conviene aprovechar el momento de su construcción para incorporar esta interesante mejora a nuestra casa.
No es compatible con todos los suelos. El tipo de pavimento puede influir en su rendimiento, pues puede afectar a la transmisión de calor y, por lo tanto, reducir el confort de la casa, al tiempo que se pierde eficiencia energética.
Aunque el suelo radiante exige una gran reforma de tu casa, es posible que las ventajas expuestas te animen a darle una oportunidad. Lo cierto es que está ganando popularidad y parece que las razones son de peso: calor confortable, ecológico, estético e, incluso, la OMS lo considera un sistema repleto de bondades para nuestra salud. Por lo tanto, haríamos bien en hacerle un hueco en nuestro hogar.
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