A la hora de escoger la lámpara, no olvides el tamaño de la estancia a la que irá destinada y no te dejes llevar por un antojo. No en vano, en el artículo citado con anterioridad, no pasan por alto el contraste que, independientemente de su estilo, pueden ocasionar lámparas excesivamente grandes o de tamaño ridículo para la habitación que hemos pensado para ellas. De esta manera, una lámpara pequeña puede resultar poco apropiada para una extensa mesa de comedor, además es muy posible que ciertas zonas queden insuficientemente iluminadas.
En cualquier caso, como la luz natural no hay nada. Trata de sacarle siempre el máximo partido, de modo que decántate por cortinas ligeras y colores claros. Procura, además, que no haya obstáculos frente a las ventanas, como muebles voluminosos que impidan que la luz entre adecuadamente. Si lo consideras preciso, puedes derribar tabiques o paredes que frenen la entrada de luz natural.
Dicho todo esto, solo nos queda repasar algunas de las claves que te hemos proporcionado en este artículo: recuerda que el color de las paredes es importante a la hora de escoger. No en vano, las paredes oscuras absorben más luz y, por lo tanto, precisan de más brillo. Por su parte, en las estancias más claras no es preciso tanta iluminación. También es importante evitar las sombras y, por ello, podemos valernos de luces complementarias. En cualquier caso, la luz natural es el mejor alumbrado, así que trata de sacarle partido en cada uno de los espacios de tu vivienda.
Para ello hay que tener en cuenta distintos factores, entre los cuales podemos destacar los siguientes:
En un artículo de Efimarket nos proporcionan las claves para una buena elección. Así, en el caso de que las paredes de nuestro hogar sean oscuras, tendremos que decantarnos por luces más brillantes, pues esta clase de paredes absorben más iluminación. En cambio, los ambientes más claros requieren menos lámparas y en ellos podremos escoger una luz más cálida y suave.
También el uso que vayamos a hacer de esa luz debe influir en nuestra decisión. Recuerda que en aquellas estancias en las que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, las luces permanecerán, por lógica, mucho tiempo encendidas. Un ejemplo claro de estancia que suele estar habitualmente concurrida es el salón. Por lo tanto, en este espacio lo mejor es optar por luces de bajo consumo o unas de tipo LED.
El color de la luz también importa. En este sentido, tal y como explican en este artículo de El Mueble, las habitaciones destinadas al descanso requieren fuentes de luz cálida, de color amarillento. En cambio, en aquellos espacios donde vamos a trabajar o nuestros hijos se proponen estudiar será precisa una luz fría y blanca.
Debemos ser especialmente cuidadosos en su instalación para que, como bien recuerdan en este mismo artículo, no se produzcan incómodas sombras.
Así, la iluminación ha de ser homogénea, por eso es una buena opción combinar distintos tipos de lámpara dentro del mismo espacio. Debes tener presente que una luz principal puede no ser suficiente para alumbrar toda una habitación.
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