Nos hemos percatado de estos espacios repletos de zonas verdes y pistas deportivas en las que practicar deporte fomentan una vida más sana. No en vano, estos jardines mejoran la calidad del aire e incluso nuestro humor porque facilitan la conocida como biofilia pues está comprobado que el contacto con la naturaleza mejora nuestro humor e incluso la salud.
Pero hay mucho más en esta forma de vivir que, con razón, ha convencido a infinidad de ciudadanos, sobre todo aquellas familias con hijos de corta edad o jóvenes parejas que albergan deseos de tener descendencia en un futuro.
Casi todos habremos escuchado que antiguamente los niños jugaban en las calles con toda tranquilidad ajenos a los peligros del tráfico o de la intromisión de desconocidos.
Lo cierto es que, en cierta manera, nuestros hijos pueden regresar a aquellos tiempos gracias a estas zonas residenciales que suelen permanecer cerradas y que, por lo tanto, resultan muy seguras para los pequeños. Así, los padres podrán dejarles cierta independencia sabiendo que en este recinto no hay tráfico ni tampoco desconocidos ajenos a la propiedad merodeando en ella.
Tanto los niños como sus padres podrán disfrutar de esta zona verde repleta de árboles y plantas, además de un parque infantil privado. A esto se suma la piscina que suele ofrecer sus servicios con socorrista durante los meses estivales.
Tampoco podemos olvidar las pistas deportivas para la práctica de tenis, una cancha de baloncesto o un área para el futbito, entre otras instalaciones.
Otro punto a favor de las zonas residenciales es que se emplazan en barrios que cuentan con todos los servicios necesarios para facilitarnos nuestro trajín diario y ofrecernos, en definitiva, las máximas comodidades. En concreto, hablamos de tiendas, farmacias, paradas de transporte público, colegios e incluso ambulatorios, entre otros servicios de suma utilidad.
A esto se añade el hecho de que en sus proximidades hallamos grandes parques y jardines pues es evidente que las ciudades cada vez prestan una mayor atención a este aspecto y se busca integrar la naturaleza en el seno de las urbes.
En definitiva, las zonas residenciales nos gustan porque nos ofrecen calidad de vida pues nos garantizan cierta seguridad y un espacio al aire libre de uso privativo o compartido con nuestros vecinos. Sin duda, todo ello nos permite vivir de una manera más libre y natural que vale la pena tener muy presente a la hora de pensar en cómo queremos que sea nuestro nuevo hogar.
O cuéntanos lo que necesitas y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible