Está más que demostrado que el ruido afecta negativamente a nuestra concentración. Por este motivo, conviene que les proporcionemos un espacio alejado del tránsito de gente, televisiones encendidas o simple algarabía familiar. Sin duda, lo ideal es que este lugar de estudio se ubique en el mismo dormitorio pero es cierto que, en ocasiones, no siempre es posible por falta de espacio.
En este sentido, procura buscarle hueco en cualquier punto tranquilo de tu hogar.
Siempre es adecuado estudiar con luz natural pues así los ojos tendrán que esforzarse menos. Procura, asimismo, que no se produzcan incómodas sombras. Recuerda que si es diestro, la luz debe llegar del lado izquierdo, pero si es zurdo, del derecho.
Cuando el sol se retire o escasee, recurre a una buena lámpara. Es recomendable que ilumine desde arriba y que la luz sea clara.
Cabe destacar que unos colores concretos invitan a la concentración y mejora nuestras capacidades de estudio. Así, según podemos leer en este artículo de la plataforma decorativa Houzz, el verde es uno de los colores más recomendados para la zona de estudio de los niños. También ayuda a reducir el estrés y, sin duda alguna, refuerza la capacidad de concentración.
También conviene tener en cuenta colores como el rojo pues favorece el entusiasmo y el interés por el estudio. En definitiva, una elección muy apropiada para aquellos estudiantes algo desmotivados.
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