En primer lugar vamos a explicar en qué consiste cada una de estos suelos.
Así, los suelos de tarima flotante son suelos de parqué con instalación flotante; es decir, no han sido fijados al pavimento y, además, han sido realizados con madera natural. Por lo tanto, para su fabricación se emplea madera natural o maciza sin sin químicos o cualquier otro material.
Por su parte, los suelos laminados se adhieren al suelo mediante sistemas de click, gracias a sus lamas que cuentan con un sistema machihembrado.
Sin embargo, a diferencia de la tarima flotante, se elabora a partir de materiales sintéticos. En suma, imita a la madera gracias un composición de resina, una capa de fibra de alta densidad (HDF) o capa de fibra de densidad media (MDF) y una capa de diseño (fotografía de alta resolución impresa y terminada con resina).
Esta última es la que le confiere ese aspecto a madera genuina.
Una opción más ecológica porque está compuesta por madera noble.
Si sufre algún rasguño, tan solo puliendo la parte deteriorada quedará tal como estaba. Algo que no sucede con los suelos laminados que nos obligará a colocar un nuevo revestimiento en caso de desperfecto.
Una opción cara pero con efecto sorprendente y acogedor.
Es un suelo duro, pero no tanto como los laminados.
Lo cierto es que ambas son excelentes opciones para nuestro hogar.
Por lo tanto, serán nuestros gustos y necesidades las que nos ayuden a escoger entre una y otra opción de suelo.
En nuestras promociones, como en el Residencial sonet de valencia Nos hemos decantado por un pavimento laminado flotante colocado en el salón, los dormitorios, el vestíbulo y el pasillo.
Además, cuenta con una lámina antiimpacto con un rodapié de 10 centímetros que combina con la carpintería de madera.
Por su parte, en la la cocina, baños y aseos se ha optado por un suelo cerámico de primera calidad.
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