Lo primero que vamos a hacer es definir ambos conceptos para, de esta manera, establecer posteriormente los rasgos que las diferencian. En el caso concreto de la hipoteca, estamos ante una fórmula crediticia a la que recurren quienes desean comprar una vivienda pero carecen del dinero necesario para ello. Así, acceden a un crédito que se ajusta al precio del inmueble que desean adquirir, a su capacidad de ingresos y nivel de ahorro.
En concreto, el Banco de España lo define como un préstamo cuyo pago está garantizado por el valor de un inmueble.
En suma, los titulares de la hipoteca asumen un compromiso de un pago mensual con la entidad financiera. Esta operación se caracteriza por lo siguiente:
La vivienda adquirida serviría como garantía de la operación.
En suma, ya has visto que existen diferencias sustanciales entre ambas figuras jurídicas y, por lo tanto, no son términos sinónimos. Dicho todo esto, seguramente ahora te resulta mucho más fácil distinguirlas y sabrás con exactitud cuál es la que te conviene contratar.
Una vez que hemos delimitado ambos términos, seguramente resulta mucho más fácil sonsacar las diferencias entre hipoteca y préstamo hipotecario, aunque con todo lo expuesto ya habrás deducido muchas de ellas. No obstante, las abordamos para dejarlas bien definidas:
El plazo de amortización de un préstamo hipotecario es relativamente corto y, en suma, el tiempo que contamos para su devolución es menor, mientras que con las hipotecas nos encontramos periodos que se pueden alargar hasta 40 años.
Por su parte, un préstamo hipotecario es un préstamo al consumo que emplea como garantía un bien inmueble. Es decir, uno de los requisitos para su solicitud es contar con una vivienda, local o cualquier otra clase de finca para que nos concedan este crédito.
De esta manera, en caso de impago, la entidad en última instancia se podrá quedar con este inmueble como pago total o parcial de la deuda que tenemos con ella.
O cuéntanos lo que necesitas y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible