Ten presente que un ático a la fuerza siempre tiene que ubicarse en la última planta de un edificio, pero no todo último piso es un ático.
Así, la mayoría de los edificios de los años 60 y 70 se encuentran coronados con terrazas comunitarias. De esta manera, si nos fijamos bien, observaremos que las viviendas de la última planta presentan los mismos metros y características que encontramos en el resto de plantas.
Por lo tanto, se trata de pisos ubicados en la última planta pero que no pueden ser catalogados como áticos ya que no hay nada que los distinga como tales.
En suma, estas viviendas no cuentan con los siguientes rasgos:
Mayor amplitud de metros con respecto a las viviendas del resto del edificio.
Una terraza ancha contigua al salón y cocina de la casa desde la cual podemos disfrutar de una excelente panorámica, además del privilegio de gozar del aire libre sin salir de casa.
Menos vecinos ya que hay menos viviendas en la última planta.
Estas ventajosas condiciones hacen que los áticos se encarezcan y no resulten tan económicos como cualquier otra vivienda que se venda en el edificio.
No obstante, son privilegios que muchos interesados valoran y están dispuestos a asumir. Así, de media cuestan un 30 % más que un piso intermedio y, a pesar de ello, la demanda no cesa.
También el hecho de que la oferta sea menor justifica su alto precio.
Por su parte, el precio de un último piso es prácticamente igual al que se pide por cualquier otro apartamento de la construcción ya que no hay nada que los vuelva especiales.
Parece mentira, pero hace tan solo unas décadas, los áticos se consideraban viviendas de segunda categoría que servían de morada al portero del edificio o al personal del servicio.
Debemos tener en cuenta que estaban muy expuestas al exterior y ello hacía que en invierno resultaran muy frías y en verano excesivamente calurosas.
Por todo ello, no era la vivienda más disputada entre los vecinos. Pero actualmente se han revalorizado, los aislamientos y los ascensores han mejorado con los años.
En definitiva, debemos ser cautelosos y no creer que toda vivienda que se ubica en el último piso de un edificio es un ático.
Ya has visto que sus características son bastante especiales y no te resultará difícil percatarte de que lo que tienes ante ti no es un ático, sino un piso tipo.
¿Cómo se le llama el último piso de un edificio?
A pesar de que frecuentemente usamos las expresiones "ático" y "último piso" sin tener en cuenta sus características, la distinción entre ambas es crucial. Si bien un ático se ubica en la última planta de un edificio según su definición, al referirnos a áticos en el contexto inmobiliario, no solo implica ocupar el nivel más alto, sino que también requiere la presencia de una terraza privada.
¿Qué se considera un ático?
El ático se sitúa en el nivel superior de un edificio, ligeramente retraído en comparación con los otros pisos, de manera que el techo queda menos expuesto y no se extiende hasta la fachada, aunque también puede encontrarse en la zona de la bajocubierta. Las bajocubiertas se utilizan principalmente como espacios de almacenamiento o habitaciones adicionales, conocidas como desvanes o buhardillas.
¿Qué es más caro un bajo o un ático?
La adquisición de un ático suele implicar un costo adicional significativo en comparación con la compra de un bajo en esa misma propiedad inmobiliaria. Esta diferencia de precio puede oscilar entre un 15% y un 39%, lo que se debe principalmente a diversas características y ventajas exclusivas que suelen ofrecer los áticos, como sus vistas panorámicas, terrazas privadas y ubicación privilegiada en la parte superior del edificio.
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