Hace tiempo que las alfombras dejaron de ser un elemento meramente funcional y de uso limitado a la época de frío, especialmente en el salón. Actualmente, las alfombras se usan todo el año ya que son un elemento clave en la decoración de nuestra casa. Aunque es cierto que, colocadas sobre suelos fríos de gres, porcelana o mármol, son un aislamiento ideal en la época más fría.
Algunas alfombras son imprescindibles, como las que colocamos a los lados de la cama o al salir de la bañera o ducha pero su presencia se extiende a cualquier habitación incluyendo la cocina o terraza.
Lo más importante es medir el espacio con el que contamos para elegir el tamaño adecuado. Si la vamos a colocar en el salón, debe ser siempre más larga que el sofá. Si queremos que cubra una superficie muy grande para dividir, por ejemplo, el comedor del salón si comparten estancia, debemos optar por una de gran tamaño y colocar los muebles encima, en lugar de optar por una que se limite a la superficie delante del sofá.
Si optamos por colocar una alfombra bajo la mesa de la zona del comedor debemos tener en cuenta que debe cubrir una superficie amplia para que las patas traseras de las sillas no queden fuera de la alfombra cuando nos sentemos a la mesa.
Una tendencia muy en boga últimamente es colocar varias alfombras, de distinto color, superpuestas, para crear un ambiente más informal. Son más fáciles de manejar y te permitirán cambiar la decoración del suelo en cualquier momento.
Si tenemos la suerte de contar con un pasillo largo, apostar por una alfombra larga y estrecha le dará un toque genial. Como es una zona de paso constante, y probablemente no tenga muebles encima que la sujeten, debemos optar por colocar bajo la alfombra una base antideslizante para evitar caídas, sobre todo si la alfombra pesa poco.
El uso que le vamos a dar a una alfombra o dónde va a estar situada, debe ser clave para decantarnos por un tipo u otro.
¿Tendrá mucho o poco uso? ¿Se limpiará fácilmente? Si tenemos una mascota en casa que suelta mucho pelo, quizá debamos optar por un color similar en la alfombra para que los pelitos pasen desapercibidos si no la vamos a limpiar a diario.
Por otro lado, ¿queremos que la alfombra se integre en el entorno y cree un ambiente relajado o que se convierta en un elemento destacado del conjunto de la estancia?
Podemos clasificar las alfombras según el tipo de material: de lana, de pelo, de piel, de fibras naturales (sisal, yute, cáñamo, coco, bambú), de vinilo, de seda… Por su forma: redondas, cuadradas, rectangulares, alargadas… Según su color: lisas, de rayas, elementos geométricos, estampados naturales, animal print, infantiles (que simulen un circuito de coches o tematizadas con sus personajes favoritos)… las opciones son innumerables.
Sea como sea, decorar tu casa con alfombras, es una apuesta segura. Y te permitirá hacer grandes transformaciones con poca inversión.
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