Puede parecer una obviedad, pero muchas veces recurrimos al encendido de las luces cuando todavía podemos sacar provecho de la que entra del exterior. Por lo tanto, recuerda subir las persianas y disfrutar del sol que tanto abunda en España.
Uno de estos trucos para ahorrar energía y que puede suponer un ahorro de hasta un 40 % en nuestra factura de luz, es efectuar el cambio a la tarificación nocturna.Esta tarifa es perfecta para aquellos que trabajan la mayor parte del día fuera de casa y realizan casi todo el gasto energético, como cocinar o poner el lavavajillas, durante la noche. Este horario comprende entre las 22 horas hasta las 12:00 en invierno y desde las 23 hasta las 13:00 horas en verano.
Para efectuar el cambio, solo es preciso cumplir con dos requisitos: que el inmueble en el que vivamos no tenga más de 20 años, y que nuestra potencia contratada no sea superior a los 15kW. El trámite es sencillo y no supone coste alguno para el consumidor.
Acciones como purgarlos o simplemente retirar el polvo que se vaya acumulando pueden hacer mucho por bajar el gasto. No en vano, se estima que limpiar el polvo de los radiadores con cierta regularidad puede entrañar hasta un ahorro del 10 % de la energía consumida.
Tampoco coloques muebles que entorpezcan la salida del calor o prendas encima como si fueran un tendedero o un perchero. Flaco favor estarás haciendo al ahorro de energía. Cuando encendemos la calefacción, el aire frío entra en contacto con los radiadores y se calienta. De esta manera obtenemos una corriente de aire caliente que circula por toda la casa. Pero al poner ropa encima, la interrumpimos.
Por lo tanto, la casa tardará más en calentarse y la caldera tendrá que trabajar más y, con ello, aumentará el consumo energético. Recuerda, además, que los radiadores deben purgarse cada año, así evitarás que se retenga aire en su interior que dificulte la transmisión del calor.
En invierno uno de los mayores gastos de energía se debe a la calefacción. Aunque obviamente eso no implica que debamos renunciar a ella, sino que simplemente la empleemos con mesura. A veces una ligera sensación de frío puede resolverse poniéndonos una simple chaqueta, pero es posible que te veas tentado a subir el termostato.
No podemos pasar por alto que un 11,8 % de la energía que pagamos a final de mes corresponde a la lavadora. Ten presente que calentar el agua a altas temperaturas acarrea un importante gasto. El proceso de calentar el agua es el que mayor consumo ocasiona en estos aparatos. Por ello, debemos escoger los programas que funcionen a temperaturas bajas. De hecho, poner la lavadora con temperaturas entre 40ºC y 60ºC implica un ahorro del 40 % en luz.
La ropa puede quedar limpia y perfecta con un lavado en agua fría que no sobrepase los 30º. Además, de esta manera, conseguirás que la ropa se mantenga en buen estado durante mucho más tiempo. Por supuesto, procura hacerlo con el tambor lleno.
Siempre que sea posible, te aconsejamos que seques las prendas al sol, pues es bueno para tu bolsillo, para el medio ambiente e incluso para tu ropa, pues muchas de ellas acaban deteriorándose por culpa de las secadoras.
También a la hora de comprar un electrodoméstico debemos escoger aquellos considerados más eficientes y que podemos encontrar identificados con la etiqueta A. Otra buena elección es la B, pues también nos garantiza un óptimo aprovechamiento de la energía.
El lavavajillas nos ofrece la posibilidad de ahorro energético a través de sus programas ECO. En cuanto al frigorífico, debemos mantener lleno el congelador para que el electrodoméstico gaste menos, ya que una vez congelados los alimentos, estos se convierten en una segunda fuente de frío, por lo que el consumo es menor y se produce, por lo tanto, una mejor gestión energética.
Además, durante los meses de verano que ahora afrontamos, conviene prescindir de los secadores de pelo. Este gasto es innecesario, ya que en menos de media hora se puede secar de manera natural. Los secadores de pelo están considerados como uno de los aparatos de mayor consumo energético.
Una de las maneras más sencillas y a la par complicadas para lograr ahorrar es que la casa goce de un adecuado aislamiento térmico. De esta manera, evitará que escape el calor de la calefacción cuando llegue el invierno, mientras que en verano el frío que emana de nuestro aparato de aire acondicionado no se filtrará por las ventanas.
En definitiva, recuerda que existen una serie de consejos para ahorrar energía que pueden ser sumamente eficaces para abaratar las facturas. Además, no solo se trata de ayudarnos a pagar menos, también es importante, ayudar al medioambiente.
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