Pero ¿cómo conseguir rebajar nuestra huella ambiental desde nuestro hogar? Pues existen infinidad de frentes que podemos atacar para lograr nuestro pequeño cometido. Recuerda que, como dijo Eduardo Galeano, “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. Vamos con ello, gente pequeña.
Se estima que hasta un 40% de las emisiones en las grandes ciudades tienen su origen en los edificios. Por lo tanto, debemos tratar de acabar con esta nefasta realidad recurriendo a las energías renovables, las bombillas Led o mejorando el aislamiento de la casa para que pierda menos energía (calor en invierno y frío en verano).
También apostar por electrodomésticos con triple AAA, los más eficientes energéticamente, puede ayudar mucho a esta cuestión.
Recuerda atar en corto el consumo fantasma; es decir, los electrodomésticos que quedan en reposo con el conocido ‘stand by’. ¿Sabías que declararles la guerra puede suponer un ahorro de hasta el 11% del consumo eléctrico?
Gestos como colocar un reductor de caudal en la ducha pueden ayudarnos a cuidar este preciado bien que cada vez escasea más. De hecho, el Foro Económico Mundial estima que para 2030 se incrementará la demanda en un 40%. Una subida que el planeta no podrá asumir pues este recurso es limitado. Conviene subrayar que únicamente el 0.007% del agua existente en la Tierra es potable y, por desgracia, esa cantidad está menguando por la contaminación.
Nuestra comida también ha de ser sostenible y en muchas ocasiones nuestro empeño por comer productos producidos a miles de kilómetros conlleva una importante huella de carbono que alimenta el temido cambio climático. Quizás sea una buena idea que te replantees comer naranjas en verano o sandías en febrero.
Aunque reciclar está muy bien, el mejor plástico es el que no existe. De modo que, a la hora de comprar, procura llevar tu propia bolsa y adquiere productos a granel que podrás llevarte en bolsas de tela reutilizables.
Asimismo, pásate a los filtros de agua para así prescindir de las botellas de plástico. Existe excelentes opciones que mejoran sobremanera el sabor como Tap Water o la lata Dropson, entre otras posibilidades.
España es un país de sol, por este motivo parece bastante ilógico que recurramos a las secadoras para tener lista nuestra ropa en un tiempo récord. La situación resulta especialmente sangrante en viviendas localizadas en el sur de España. No obstante, es cierto que la falta de espacio también nos obliga a decantarnos por estas contaminantes opciones. En cualquier caso, si tienes opciones, ¡deja que el sol seque tu ropa gratis! ¿No te parece un estupendo servicio?
En conclusión, los hogares sostenibles no son una opción, sino una obligación si queremos que nuestro adorado planeta Tierra siga ofreciéndonos estas idílicas condiciones de vida.
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