Sin embargo, no todo trata de cantidad, y el hecho de que puedas alquilar tu casa a varias personas puede tener algunos inconvenientes. Sigue leyendo si quieres descubrir las ventajas, los inconvenientes y los mejores consejos para alquilar una vivienda a estudiantes.
El concepto alquiler para estudiantes, puede ser más complejo de lo que parece a primera vista puesto que, existen diferentes opciones para alquilar un piso a estudiantes.
No es lo mismo que tengas un piso grande y vacío, que vayas alquilando por habitaciones que si cuentas con una vivienda que vas a alquilar a un grupo de estudiantes que han decidido compartir piso.
Las condiciones y la forma de proceder, así como las consecuencias para los inquilinos en caso de impagos cambian, por lo que merece la pena conocer ambas opciones y escoger con fundamento cuál es la que más te convence.
Aquí la vivienda se alquila por habitaciones de forma independiente. Se entiende que cada habitación es como una propiedad distinta, y los inquilinos de cada habitación no tienen porqué tener nada que ver entre ellos.
En este caso, cada habitación y cada inquilino debe tener su contrato en el que se recogen sus derechos y deberes, se especifica la habitación de la casa que se arrienda y este contrato es independiente del resto de sus compañeros. Es una forma de obligar a cada uno a ser responsable por sí mismo.
En el caso de un piso compartido para estudiantes, todos ellos “son el inquilino” y se hace un solo contrato en el que firman todas las personas que van a ser arrendados, lo que hace que todos tengan que responder solidariamente si uno de ellos deja de pagar.
Para el propietario, aunque sea uno solo el que deje de pagar, habrán dejado de hacerlo todos. Este tipo de contrato ofrece oportunidades de maniobra en caso de que uno de los estudiantes abandone la vivienda y deba ser sustituido por otro.
Fidelidad de los inquilinos: Cuando un estudiante encuentra una vivienda que satisface sus necesidades, es probable que desee renovar el contrato de arrendamiento para el próximo año académico y, posiblemente, durante toda la duración de su carrera, lo que podría abarcar cuatro o cinco años. Esta lealtad del inquilino puede ser beneficiosa para ambas partes.
Menor riesgo de impagos: Dado que los estudiantes generalmente no tienen ingresos estables, sus padres suelen asumir la responsabilidad de pagar el alquiler y actuar como avales. Esto reduce el riesgo de impagos del alquiler, y en caso de que ocurran, no se perderán todos los ingresos, sino solo la parte correspondiente al inquilino moroso, lo cual es poco común.
Cláusulas que te protegen: Es posible establecer cláusulas específicas en el contrato de arrendamiento para garantizar el uso adecuado de la propiedad, como la prohibición de fumar, realizar fiestas o tener mascotas, lo que contribuye a mantener el buen estado de la vivienda.
Disponibilidad en verano: Durante los meses de verano y las vacaciones universitarias, los estudiantes tienden a ausentarse, lo que brinda al propietario la oportunidad de utilizar la vivienda o alquilarla a corto plazo para turistas, aumentando aún más su rentabilidad.
Duración predecible: Los programas universitarios suelen tener una duración promedio de nueve meses, lo que garantiza ingresos regulares durante este período.
Mayor rentabilidad: Al alquilar una vivienda por habitaciones, es posible lograr una mayor rentabilidad en comparación con alquilar el piso completo.
Menos beneficios fiscales: Una diferencia clave entre el alquiler a estudiantes y el alquiler de viviendas convencionales radica en el aspecto fiscal. En el caso del alquiler a estudiantes, los propietarios deberán declarar el 100% los beneficios obtenidos y no podrán aplicarse reducciones dado que no se considera un alquiler a largo plazo.
Ingresos no garantizados en verano: Durante los meses de verano, no hay garantía de ingresos, ya que muchos estudiantes regresan a sus lugares de origen o realizan otras actividades.
Posibilidad de incumplimiento de normas: Aunque se incluyan cláusulas en el contrato para promover un comportamiento adecuado, es importante recordar que los estudiantes son jóvenes que buscan disfrutar de su juventud. Esto podría llevar a situaciones en las que, a pesar de las restricciones contractuales, los estudiantes organicen fiestas u otras actividades no autorizadas.
Ahora que ya conoces las ventajas y los inconvenientes de alquilar un piso a estudiantes, y las formas o tipo de contratos que tienes para hacerlo, queda recopilar algunos consejos.
Sigue estos tips para que todo salga bien al arrendar tu piso a estudiantes.
Siempre con un contrato: para asegurarte ante posibles conflictos o impagos, lo mejor es que todo lo lleves correctamente tal y como determina la Ley por medio de un contrato.
Fianza: algo muy extendido en el mundo de los pisos para estudiantes, es la fianza. Es una forma de contrarrestar los imperfectos en caso de que se produzcan.
Apúntalo todo: el concepto inventario o check list cobra especial sentido a la hora de alquilar un piso a estudiantes. Por lo general se recomienda alquilarlo con los muebles y el equipamiento justo, en cualquier caso, todo lo que se incluya en la vivienda, debe estar apuntado para comprobar a la salida si está, se ha roto, perdido, etc.
Sé previsor: Si esperas al inicio de curso o a las semanas anteriores, seguramente todos los estudiantes hayan encontrado piso previamente. Empieza a trabajar a final de curso y durante el verano pensando en el curso que viene para llegar al inicio de las clases “con todos los deberes hechos”.
Ten un seguro: en una vivienda siempre hay que contar con un seguro de hogar, y en el caso de un piso de estudiantes, mucho más. Te cubres las espaldas como propietario en caso de ocurrir un accidente.
La decoración y mobiliario en un piso de estudiantes debe ser mínima. Piénsalo, ellos quieren el piso para estudiar, dormir y comer. Por eso, cuantas menos cosas añadas a la decoración, menos probabilidades habrá de que pierdan la fianza en una lámpara o jarrón.
Aquí te detallamos el mobiliario básico para cada parte de la vivienda de estudiantes promedio. Basándonos en sus necesidades y la realidad de ese espécimen conocido como estudiante adolescente, no deberías modificar su entorno con nada más que esto que te decimos aquí:
Puesto que no destacan por sus costumbres de limpieza del hogar o la ropa, no necesitarán mucho más allá de una lavadora funcional. Por supuesto una nevera, un horno y algo para cocinar, ya sea vitro-cerámica o fuegos. A partir de ahí, cada uno es libre de comprar y traer microondas, tostadores, exprimidores o cualquier otro añadido extra, pero como arrendador y propietario, no te sientas presionado a ofrecer mucho más.
En el baño, con que el lavabo, la ducha y el WC funcionen, será suficiente para cumplir con sus expectativas y a partir de ahí, el reto será de los inquilinos, a cómo de limpio son capaces de mantenerlo mientras sean los dueños del piso de estudiantes.
Aun así, con tener un sofá y una mesa auxiliar sobra. Una televisión es lo básico, y algunas lejas junto con algo de luz, pero poco más.
En las habitaciones tendrán que crear su pequeño universo, pero con una cama, un escritorio y un armario será suficiente. Ellos tendrán que llenar el espacio con sus cosas e intentar mantenerlo todo lo más ordenado posible.
Un alquiler compartido es un acuerdo en el que dos o más personas comparten el costo de alquilar una vivienda, como un apartamento o una casa. Cada persona tiene su propia área privada, como una habitación, pero comparten áreas comunes como la cocina y el baño.
En algunos lugares, puedes deducir una parte proporcional del alquiler si puedes demostrar que vives allí y compartes los gastos. Debes consultar a un profesional de impuestos local para obtener información específica sobre las deducciones disponibles en tu área.
Alquilar una habitación implica arrendar una sola habitación dentro de una vivienda, generalmente en la casa del propietario o en un apartamento compartido. Los inquilinos que alquilan una habitación tienen acceso a áreas comunes y pueden compartir gastos como el alquiler, servicios públicos y otros gastos relacionados con la vivienda con el propietario u otros inquilinos.
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