Si tienes en cuenta todo lo que te vamos a contar en este artículo, la tarea resultará sencilla y en el caso de que surjan discrepancias futuras entre la pareja, y decidáis tomar caminos por separado, todo habrá quedado bien atado y resuelto en la escritura. Así no habrá dudas respecto a las posibles cuestiones legales y se solucionará de la mejor manera gracias a estas recomendaciones. Vamos con ello.
Nada impide que dos personas compren una vivienda o cualquier otro inmueble a pesar de no estar casados. De hecho, dos amigos o unos hermanos pueden tomar esta decisión conjunta.
Sin duda, adquirir una casa con otra persona supone un menor esfuerzo económico dado que ambas compartirán los gastos que ocasione la hipoteca y la carga será más asumible.
Es cierto que resulta más cómodo desde un punto de vista legal afrontar la compra cuando ambas partes están casadas o en situación de pareja de hecho. Pero es muy habitual que dos novios planeen la compra antes de contraer matrimonio. ¿Qué es lo más adecuado en estas ocasiones?
En este caso, es recomendable acudir a un notario para que todo quede recogido en una escritura junto con los pasos a dar en caso de separación de la pareja. De esta manera, se evitan las disputas y malentendidos que suelen ser constantes en estas situaciones. En dicho documento quedará consignado el dinero que cada parte aporta tanto en la compra como en la hipoteca posterior.
Todo debe quedar correctamente estipulado. En el caso de que las partes omitan el detalle de la cuantía que aporta cada uno, el notario entenderá que es al 50 % y así quedará reflejado en la escritura pública cuyo precio ronda los 60 euros y que, sin duda, es un coste que conviene asumir ya que nos puede salvar de grandes líos.
Lo cierto es que una vez llevado a cabo este trámite no habrá mayor problema y todo se solucionará de manera rápida y sencilla en el caso de que al final se quiebre la relación. Si todo se hace correctamente y queda bien atado en la escritura, los expertos en derecho aseguran que esta opción sería mucho más sencilla de resolver desde un punto de vista legal que la que plantean aquellos matrimonios que deciden comprar una finca en régimen de sociedad de gananciales, ya que en este último caso la cuestión se vuelve más compleja.
Existen una serie de razones que podrían animarnos a dar el paso hacia la compra de una finca en pareja. En concreto, podemos citar las siguientes:
El banco suele ser más receptivo, dado que dos titulares, en vez de uno, reduce el riesgo de impago y –sin duda– la entidad financiera es consciente de este detalle.
Si hay más dinero, se podrá aspirar a un préstamo más alto.
Las condiciones que se pactan con el banco, cuando se trata de dos titulares, suelen ser mejores que cuando el préstamo solo lo solicita una persona.
Dicho esto, conviene dejar bien sentado cuáles son los derechos y obligaciones que asisten a las personas que se hayan decantado por una compra así. En concreto, podemos destacar los siguientes:
Legalmente nos convertiremos en copropietarios en régimen de proindiviso y como tales tendremos derecho al uso de la vivienda.
Cada copropietario podrá vender o hipotecar su porcentaje de propiedad.
Ninguno puede impedir al otro el acceso al inmueble.
Ambos titulares tendrán que asumir los gastos inherentes a la casa y a los beneficios en el caso de que, por ejemplo, decidieran alquilarla.
Pero ¿qué pasa cuando adquiriste la vivienda estando soltero y quieres añadir a tu pareja actual? En estos casos podemos optar por alguno de los métodos que describimos a continuación:
Se hace una compraventa entre las partes.
Una donación.
Es recomendable pedir consejo legal acerca de este asunto, pues puede ser más beneficiosa una vía u otra dependiendo de las circunstancias del caso.
Respecto a esto, es importante que maticemos que a efectos de disfrute de la finca no tienen más derecho a ello el que mayor porcentaje ostenta. Conviene destacar que ambos tienen derecho a usarla en su totalidad sin cortapisa alguna.
En el caso de que alberguen la intención de alquilarlo o disponer de la totalidad siempre deberá concurrir el consentimiento de los dos titulares.
Por lo tanto, comprar una vivienda en pareja está a la orden del día, pero no hay que dejarse llevar por el entusiasmo inicial, pues todo debe quedar debidamente consignado en la escritura para evitar sorpresas futuras en el caso de que al final decidamos separarnos. Es obvio que romper una relación puede ser traumático, pero aún puede serlo más si le añadimos la problemática de una vivienda cuya propiedad ocasiona constantes disputas.
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