En estos casos, normalmente cada hermano accedería a la propiedad de una parte proporcional de la vivienda. De esta manera, cada uno de ellos obtendría un porcentaje del inmueble. Si, por ejemplo, se tratara de dos hermanos, éstos accederían al 50 % de la casa.
En cambio, si se tratara de cuatro, el reparto sería del 25 % para cada uno. Por lo tanto, estaríamos ante un proindiviso, copropiedad o comunidad de bienes en la que tendríamos derecho a una cuota abstracta sobre un bien que –como decíamos– se considera indivisible.
No obstante, es cierto que una propiedad así puede ocasionar muchos problemas entre los hermanos. Por este motivo, suele optarse –siempre que sea posible y exista acuerdo– por adjudicar la propiedad a uno de ellos y el resto recibiría dinero por un importe equivalente a la parte de la vivienda que le corresponde.
Es totalmente factible que cualquiera de los hermanos desee desprenderse de su parte de la casa y, en definitiva, venderla a un tercero.
En cualquier caso, conviene recalcar que el resto de herederos tiene derecho a que esta decisión se les comunique previamente para que puedan ejercer su derecho de adquisición preferente. Y, en definitiva, tener la oportunidad de comprarla antes que cualquier otro interesado.
Es posible que todos los hermanos propietarios pretendan vender la casa salvo uno de ellos que se niega en redondo. En este caso, ¿se puede vender una casa si un heredero no quiere? Pues hablaríamos de diferentes escenarios.
Este hermano que no desea la venta puede comprar al resto su participación en la misma.
Se puede contemplar la opción de acudir a un mediador a fin de que sea este profesional el que busque una solución satisfactoria para todas las partes implicadas.
Un último paso sería acudir a la vía judicial.
En el caso de que finalmente se consienta la venta, el dinero obtenido por ella se repartirá –evidentemente– de manera equitativa entre todos los herederos.
No obstante, no podemos pasar por alto que algunas fincas sí que admiten una división. Por ejemplo, si estamos ante una propiedad extensa se podría fragmentar la finca en tantas partes como herederos comuneros haya.
En caso de que no haya acuerdo, se deberá recurrir a un procedimiento judicial de división de cosa común.
En definitiva, la división de una vivienda familiar que heredan diferentes hermanos es –sin duda– un proceso complejo. A esto se añade el valor sentimental que suele tener la propiedad para todas o alguna de las partes implicadas que suele complicar un poco más el asunto. Te recomendamos la lectura de este artículo de la web Abogados y Herencias que te ayudará a entender un poco más la materia.
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