Cada vez encontramos más gente que se anima a realizar esta tarea por ellos mismos sin la asistencia de un profesional. Si es tu caso, te vendrán de perlas estos consejos para llevar adelante con éxito esta misión.
Al igual que consultas la previsión meteorológica para el día que vas a irte a la playa, lo mismo deberías de hacer cuando decidas ponerte a pintar. No en vano, no conviene hacerlo ni en los días lluviosos, pero tampoco en aquellos en los que la humedad es elevada o en los que el calor resulta excesivo pues estas circunstancias afectarán al secado de la pintura. La mejor elección nos la proporcionan los días despejados pero con una temperatura media.
La elección del tipo de pinturas no es un aspecto menor. Así, en el mercado encontrarás pintura con brillo, satinada o mate. La primera opción solo resulta recomendable para las paredes que se encuentren en un buen estado de conservación. De lo contrario, se evidenciarán aún más las posibles imperfecciones.
Pintar la casa exige una serie de herramientas indispensables para ello y que, además, te faciliten al máximo la tarea dado que no eres un experto. Toma nota de lo que necesitarás:
El rodillo pues te permitirá conseguir un acabado uniforme y realizar el trabajo en menos tiempo.
Una barra telescópica para alcanzar los techos y cualquier punto lejano.
Varios pinceles de diferente grosor ya que el rodillo no puede acceder a todos los rincones.
Debes proteger todo oportunamente de las posibles salpicaduras. Para ello, puedes usar papel, cinta de carrocero y plásticos. Puedes agrupar todo el mobiliario para tu comodidad o incluso sacar de la estancia aquellas piezas que sean fácilmente transportables.
Es conveniente que antes de emprender el trabajo de pintura, te ocupes de limpiar las paredes y eliminar los posibles restos de suciedad. No en vano, su presencia impide que la pintura se fije bien. Puedes emplear un paño o una esponja empapada en agua y jabón. También puedes rellenar con masilla los desperfectos que encuentres en la pared.
Es recomendable empezar por el techo y luego descender por las paredes. Así, podrás evitar las salpicaduras inoportunas sobre zonas que ya has trabajado. Además, has de saber que las paredes se pintan de arriba abajo.
De esta manera, además de ventilar la casa, conseguirás apreciar bien las paredes y que no se te escape nada. Por supuesto, el secado se acelerará.
En definitiva, pintar la casa es fácil siempre que tengas claros estos trucos y, además, andes servido de paciencia y tiempo. En cualquier caso, te recomendamos la lectura de este útil artículo de Architectural Digest.
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