En el caso de que tengas un sofá forrado de piel, es cierto que tendrás que ser muy cuidadoso con los productos de limpieza empleados. Pero ya verás que con estas pautas que te detallamos, será mucho más fácil de lo que imaginas y, sobre todo, obtendrás muy buenos resultados.
Aspira el polvo previamente.
Pasa un paño humedecido con agua destilada y un poco de jabón neutro. Frota efectuando suaves movimientos circulares para no dañar la delicada piel.
Retira los restos de posible suciedad con una pequeña toalla empapada en agua fría.
Seca con un paño limpio.
Aunque en el mercado existen productos específicos para tales fines, puede probar con recursos caseros pero sumamente efectivos como la cerveza. Así, solo tendrás que pasar un paño mojado con cerveza sobre la mancha en cuestión y luego uno seco.
Otra manera de acabar con la mancha es con la piel de cítricos como la de naranja pues los aceites esenciales que contienen favorecen su eliminación.
Si has tenido la mala fortuna de dejar un bolígrafo abierto sobre el sofá y que este último se haya manchado, tenemos un truco para solucionar este pequeño contratiempo.
En concreto, te proponemos que tomes buena nota de esta receta:
Mezcla una cucharada del jabón de lavavajillas de mano, añade dos pequeñas cucharadas de vinagre blanco, además de una taza de agua.
Empapa la mezcla en un paño y realiza suaves toques. Ten cuidado de no restregar. Deja que actúe durante unos diez minutos. Limpia con un paño empapado de agua fría. A continuación, seca con un trapo.
Recuerda que cuanto antes intervengas, mejor, así evitarás que se absorba más la tinta.
En cualquier caso, y por muy tentador que te parezca, te recomendamos huir de los productos químicos pues corres el riesgo de que la piel se deteriore. Si decides emplearlos ante una mancha muy rebelde, diluye el producto con abundante agua.
La limpieza de estos sofás varía mucho pues algunos tapizados llevan tratamiento antimanchas que facilitan mucho su limpieza. Dicho esto, ponte manos a la obra con estos pasos:
Lo primero que has de hacer es consultar la etiqueta de cuidados facilitada por el fabricante.
Con carácter general, es recomendable aspirar las tapicerías con un cabezal específico al menos una vez a la semana. Especialmente los rincones y hendiduras en los que se hayan podido colar posibles migas de comida.
Ya has visto que tu sofá puede relucir casi tanto como el primer día si realizas un adecuado mantenimiento y limpieza. Eso sí, ten cuidado con los productos que emplees. Así, te recomendamos que efectúes una primera prueba en una zona no visible del sofá para asegurarte de su idoneidad.
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