Pero antes que nada, conviene que empecemos explicando de una manera clara en qué consisten los suelos laminados. Al respecto, debemos precisar que están compuestos por derivados de madera y resinas de melamina de alta presión. Por lo tanto, no necesitan ser acuchillados y ni siquiera necesitan ser barnizados, pero sí que debemos tener muy en cuenta ciertos cuidados que vamos a detallar de manera inmediata.
Ambos utensilios resultan muy válidos para retirar todo el polvo que se vaya acumulando sobre esta superficie. En caso de que te decantes por la aspiradora, ten cuidado y procura hacerlo con suavidad para no dejar marcas debido al roce continuo.
Sin duda, la mopa es una buena elección pero requiere de paciencia y tiempo. No obstante, en el mercado existen las mopas electrónicas que te podrán facilitar la tarea. Aunque es cierto que no son baratas, te brindarán unos resultados de primera.
Nada impide que puedas usar un mocho y un cubo de agua para dejar impecable tu suelo. Pero toma nota de estas recomendaciones:
Que la fregona reúna cierta calidad.
Escurre al máximo dado que así favoreces que el acabado sea más brillante y sin que queden marcas de agua.
Emplea un producto jabonoso, aunque procura no excederte.
No olvides que conviene fregar en el mismo sentido de las láminas.
Esos minúsculos espacios existentes entre las tablas pueden acabar concentrando suciedad si no te esmeras en su limpieza. Te aconsejamos que impregnes de alcohol un cepillo o un paño. Verás que los resultados no tardan en apreciarse.
Es posible que seas uno de esos forofos declarados del vinagre blanco como producto limpiador que puede con absolutamente todo lo que se le pone a tiro. Si es así, te recomendamos comedimiento con este producto ya que puede dañar la capa protectora del suelo laminado debido al ácido acético. Por lo tanto, te recomendamos que recurras al vinagre blanco solamente para resolver las manchas más peliagudas. Así, en el caso de que quieras usarlo, has de aplicarlo disuelto en un litro de agua. Únicamente necesitarás la
medida de un tapón. Recuerda que debes limitarte a la mancha y nada más.
No obstante, sí que podrás echar mano sin problemas de sustancias tan naturales como el limón que goza de gran poder desengrasante. Puedes aplicarlo directamente sobre el suelo y posteriormente retirarlo con ayuda de una bayeta seca.
Sin duda, todos estos consejos te ayudarán a conservar en el mejor estado posible tu suelo laminado y lucirá con un aspecto que despertará la envidia de tus visitas. Por último, no olvides que el sol puede hacer estragos en tu tarima, así que coloca cortinas que lo protejan de su incidencia.
En el caso de que busques más consejos, en este artículo de una empresa especializada en su mantenimiento hallarás muchos más.
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