Lo cierto es que el elenco de posibles materiales es abrumador: madera, aluminio, metal, plástico, cuero, tapizados…
Nuestra elección dependerá del estilo decorativo que impere en nuestra casa. De esta manera, si nuestro propósito es lograr crear un ambiente nórdico, convendría decantarse por unas de madera e incluso de plástico.
En cambio, si nos gustan más las viviendas en clave industrial las de madera son adecuadas, pero también las de cuero y metal.
No olvides que el comedor es una zona de constante trasiego, sobre todo si tienes niños de corta edad que todavía resultan un poco torpes a la hora de comer. Por lo tanto, escoge una silla de fácil limpieza o cuyo color no delate en exceso las manchas.
Resulta evidente que todos queremos comer con cierta comodidad. Por lo tanto, conviene tomarse muy en serio este asunto. Por este motivo, te animamos a que te fijes en la altura del respaldo. De hecho, ciertas personas se quejan y no se sienten a gusto si el respaldo queda demasiado bajo y lo prefieren alto pues recoge mejor la espalda.
No obstante, si el espacio es pequeño, unas sillas con el respaldo demasiado elevado provocan sensación de estrechez y pesadez visual.
Cada vez encontramos más fabricantes de muebles que, además de vender un producto de calidad, se preocupan por la sostenibilidad. De esta manera, fabrican a mano dentro de nuestras fronteras con maderas de origen sostenible, e incluso recicladas.
En esta línea encontramos marcas como Hannun, Woodies o Muebles Lufe, entre otros.
Lo más común es prescindir de los brazos pues así se aprovecha mejor el espacio y se pueden incluso guardar debajo de la mesa cuando no la estemos usando. Aunque es cierto que el detalle de los reposabrazos añade sofisticación y estilo a nuestro comedor. También podemos combinar unas sillas sin brazos con otras que sí dispongan de ellos para, por ejemplo, situarlas a la cabecera de la mesa, mientras que las de los lados carecerían de este elemento.
Esta es la opción más adecuada para aquellos que vayan cortos de espacio. Así, podrás plegarlas cuando no las estés usando y desplegarlas cuando llegue la hora de comer. Sin duda, todo un filón para quienes no disponen de amplitud.
Estamos seguros de que todos estos consejos no caerán en saco roto y harás uso de ellos en cuanto llegue la ocasión. Por supuesto, siempre puedes ampliar la información en artículos como este que nos brinda la web Decofilia.
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