En concreto, una vez que hayas decidido dar el paso y ponerte a la tarea de buscar una hipoteca, tendrás que tener en cuenta los siguientes aspectos. Así, el primero de ellos tiene que ver con el tipo de interés que vas a contratar. No en vano, ¿sabías que existen hasta tres? Los vemos.
Interés fijo: El interés permanece sin cambios durante toda la vida del préstamo.
Interés variable: Las posibles subidas o bajadas dependen del Euribor. Estas hipotecas son ventajosas mientras este índice permanece en números negativos, pero no tanto cuando sube pues nuestra cuota también lo hará.
Interés mixto: Supone una combinación de los dos anteriores. De esta manera, cuentan con un período inicial de varios años en los que el interés es fijo, pero posteriormente pasa a variable y, por lo tanto, fluctúa en función de las oscilaciones del Euribor.
Actualmente, según podemos leer en este artículo de La Vanguardia, las hipotecas de tipo fijo son las más baratas, pues los tipos pueden hallarse en el 1 %. Así, las entidades financieras están apostando por ellas e incentivan su contratación entre los clientes. ¿Y por qué este empeño con las fijas? Pues porque el Euribor al que están asociadas las variables está bajo mínimos y apenas les proporciona beneficios a los bancos.
Tanto es así que la Ley de Contratos de Crédito Inmobiliario aprobada en 2019 fomenta el cambio de las hipotecas de tipo variable a tipo fijo.
Nuestra calculadora de hipotecas te puede orientar acerca de cómo quedará tu hipoteca.
A la hora de contratar una hipoteca debemos prestar atención a aspectos como la obligatoriedad de contratar seguros, planes de pensiones o tarjetas con la entidad financiera.
De hecho, es muy posible que intenten convencerte de su contratación. Por este motivo, permanece alerta y recuerda que ningún banco puede obligar a sus clientes a vincular un seguro de vida o cualquier otra póliza a su préstamo hipotecario.
Conviene recordar que cuanto mayor sea el plazo para su devolución, menor será el importe de la cuota mensual, pero también pagarás más intereses. En cambio, si te decantas por un periodo corto de tiempo, tendrás que hacer un mayor esfuerzo económico pues estas cuotas serán más altas, pero los intereses serán más bajos.
Procura escoger aquel periodo de tiempo cuya mensualidad sea asumible para ti.
Ten muy presente el asunto de las comisiones como las de apertura, amortización anticipada (total y/o parcial) y de novación. Busca aquella hipoteca que te ofrezca las comisiones más reducidas e incluso su supresión.
Dicho todo esto, recuerda que para dar con una buena hipoteca deberás armarte de paciencia y consultar a diferentes bancos para ver cuál te ofrece las mejores condiciones. Por supuesto, negocia cada apartado y no des tu brazo a torcer fácilmente. Sin duda, valdrá la pena el esfuerzo si consigues hacerte con la mejor hipoteca del mercado.
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