Aunque un buen colchón es fundamental para conseguir conciliar adecuadamente el sueño y lograr el ansiado sueño reparador, aspectos como el color del dormitorio también desempeñan un papel fundamental. De esta manera, la conocida como cromoterapia también es aplicable al descanso y conviene tenerla muy presente a la hora de concebir cómo será nuestro dormitorio.
Sin duda, este color es nuestro favorito a la hora de pintar los dormitorios de los adultos pues nos gusta la tranquilidad y la armonía que despiden. Además, la pintura blanca puede contar con matices de amarillo o azul, más o menos marcados, que favorecen que este blanco sea más cálido o más frío. Por lo tanto, tienes ante ti todo un abanico de posibilidades.
Este color nos invita a relajarnos, sobre todo si somos personas propensas a ponernos nerviosas y a las que nos desborda el estrés. No olvides que los tonos de azul tienen el poder de relajarnos, sobre todo si optamos por unos que no sean muy saturados.
No olvides que el azul es un sedante natural, goza de poderes anestésicos y facilita la comunicación. Por lo tanto, puede incluso, según la cromoterapia, resolver los problemas de pareja.
También podemos invocar la paz y la tranquilidad con un bonito color verde que puede ser, además, muy sofisticado y decorativo. Un verde medio poco saturado resulta ideal para hacernos sentir en pleno bosque. Lo cierto es que el verde nos sana ya que representa la juventud, la prosperidad y la abundancia.
Otro color que puntúa alto en nuestro catálogo de posibles elecciones para el dormitorio son los grises medios que pueden valer tanto para acentuar una pared como para pintar todo el dormitorio.
El color rosa también nos puede procurar esa tranquilidad tan necesaria para conciliar el sueño. En concreto, te proponemos que lo conjugues con el blanco con el que, sin duda, hará excelentes migas. Por supuesto, es ideal para aliviar las tensiones y, en suma, dormir como un lirón.
Pero además de todos estos consejos relativos al color, te aconsejamos que tengas en cuenta la orientación de la cama. En este sentido, lo ideal es dormir con la cabeza hacia el norte y los pies hacia el sur como bien comprobó el Centro del Sueño de Berkeley (Estados Unidos).
Dicho todo esto, seguramente ya tienes mucho más claro cuál ha de ser el color de tu dormitorio si lo que deseas es un ambiente que relaje y que invite a dormir a pierna suelta.
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