Ya en un anterior post hablamos de la belleza de ciertos distritos, pero se nos quedaron algunos más en el tintero. Así, no hablamos de París y esta es una deuda que teníamos pendiente pues es imposible pasar por alto el Montmartre, también conocido como el barrio de los Pintores. En él encontramos no solo el atractivo de unas callejuelas repletas de artistas que trabajan al aire libre y nos deleitan con su arte, sino también la belleza de la Basílica del Sagrado Corazón (Sacré Cœur), situada en lo alto de la colina de Montmartre, desde la cual se divisa parte de París. También los cabarets y burdeles, como el Moulin Rouge, le han dado fama.
En realidad, Montmartre era una población cercana a París, pero en 1860 quedó absorbida por la capital francesa y el barrio quedó rebautizado con el nombre de distrito XVIII.
En el corazón de la ciudad condal encontramos este barrio jalonado de monumentos y reclamos turísticos: la catedral de Santa Eulalia, la plaza de Sant Jaume, la plaza del Rey, el Museo Frederic Marè o el Palacio Berenguer de Aguilar. Este último acoge el actual Museo Picasso en el que se ha reunido una colección de más de 4.200 obras del pintor malagueño.
Lo cierto es que el encanto de sus callejuelas y de sus plazas es prácticamente inagotable y hasta él peregrinan anualmente miles de turistas deseosos de empaparse de su cultura.
Roma es una ciudad que destila historia y maravilla al transeúnte a cada paso, pero hay un barrio que destaca sobre el resto y este es el Trastevere. Callejuelas y un trazado medieval donde se refugian encantadoras trattorias y cafés, además de la Piazza di Santa Maria que preside el barrio.
Venecia en sí es una urbe de gran belleza y magnetismo pero el barrio de San Polo parece llevarse la palma. No en vano, en él encontramos el puente de Rialto, que fue el lugar donde se asentaron los primeros habitantes de Venecia ya que la zona no era vulnerable a las inundaciones y esta circunstancia atrajo a muchos pobladores.
Por lo tanto, San Polo se puede considerar no solo el distrito más pequeño, sino también uno de los más antiguos de la ciudad como corroboran sus iglesias y palacetes.
Por cierto, el Puente de Rialto, que fue construido entre 1588 y 1591, sustituyó a uno anterior de madera, y es actualmente uno de los más antiguos de los cuatro que cruzan el Gran Canal. Por ello, cada año recibe la visita de millones de viajeros.
En este artículo de DisfrutaVenecia nos ponen al tanto de más detalles de este emblemático barrio.
En definitiva, cualquiera de los barrios abordados cuenta con sobrados atractivos para que imaginemos una vida en ellos, pues nos ofrecen cultura e historia a manos llenas. El arte de París, el serpenteante barrio gótico, la belleza medieval de las callejuelas del Trastevere o la el atractivo del vetusto barrio de San Polo… Todos ellos nos invitan a soñar.
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