Dicho todo esto, parece claro que buscar alternativas eficientes y económicas se ha vuelto imperativo. En este artículo vamos a analizar todas ellas para que puedas escoger la que se adecúe a tus necesidades. Te adelantamos que nos vamos a centrar en las que menos consumen, pero también en las menos contaminantes.
Se encuentran en pleno auge dado que permiten generar calor a partir de la combustión de pellets, que suelen elaborarse a partir de restos de podas que se prensan. Sin duda, es un método mucho más limpio que la leña, pues apenas produce humos, además de muchos menos residuos.
De esta manera, podemos destacar una serie de ventajas:
Muy buena eficiencia, ya que es capaz de calentar muy bien una estancia.
El ambiente es muy confortable.
Resulta muy económico.
No obstante, tampoco podemos olvidar sus inconvenientes:
Hay que disponer de un espacio para los sacos de pellets y reponerlos cuando se acaben.
Debemos limpiar con una cierta frecuencia.
Necesita una salida de humos que no siempre es posible.
Extraer la energía del aire y aprovecharla para calentar la casa parece a priori bastante inverosímil, pero eso es lo que propone la aerotermia. Dicho sistema, aunque requiere un desembolso inicial potente, acaba redundando en un evidente ahorro.
Se estima, además, que la aerotermia es hasta un 25% más barata que la calefacción por gas. Para ellos podemos instalar radiadores, conductos de aire y/o suelo radiante. A esto se añade que con la aerotermia también podemos producir agua caliente y disfrutar de aire acondicionado en verano.
Estos sistemas pueden calentar un salón en muy poco tiempo y lo hacen sin que tengas que preocuparte del humo o la ceniza. Además, la bonita estética de sus diseños no pasa inadvertida, pues queda fantásticamente bien en cualquier vivienda.
Por supuesto, hay muchas más ventajas como las que siguen:
Utiliza un combustible líquido muy respetuoso con el medio ambiente.
Alcanza a calentar un espacio de unos 40 metros cuadrados. Por lo tanto, viene muy bien para salones grandes.
No es necesario instalar tubos para la evacuación de los posibles humos.
Apenas precisa de mantenimiento.
No produce residuos.
El precio del litro de bioetanol se sitúa por debajo de un euro.
Aunque también debemos hacer mención a las desventajas que presenta:
Nos detenemos en este tipo de calefacción que durante años nos han vendido como el más barato y eficiente de los sistemas, aún a sabiendas de que esto no es del todo cierto. Parece que estamos ante un mero reclamo publicitario como veremos a continuación.
Su funcionamiento es sencillo, ya que los radiadores de calor azul cuentan con un aceite en su interior que sirve para producir, extender y mantener el calor. Gustan mucho por su diseño moderno y su pantalla azul digitalizada.
No obstante, no resultan rentables económicamente si hablamos de casas de tamaño medio o grande, o si es preciso encenderla durante todo el invierno. En suma, nos podemos encontrar con facturas bastante elevadas. Así, los expertos solo recomiendan instalarlas en segundas viviendas o bien en casas ubicadas en climas cálidos donde su encendido puede ser esporádico e incluso anecdótico.
Muchos consideran que dejarla encendida aunque no estemos en casa es la mejor opción de ahorro porque se mantiene la temperatura y parece ser que tendremos que gastar más cada vez que reanudemos su funcionamiento para alcanzar el rango de grados deseado. Sin embargo, los expertos no lo tienen tan claro y salvo que la ausencia vaya a ser muy breve, se recomienda su apagado durante las horas nocturnas o cuando no se está en la casa.
Lo mejor es programar su encendido un poco antes de regresar para que vaya calentándose la vivienda. Muchos de los sistemas actuales permiten hacerlo desde el móvil.
El Instituto para la Diversificación del Ahorro y la Energía (IDAE) asegura que la temperatura ideal de calefacción en espacios cerrados debe encontrarse entre los 19 y los 21ºC.
Durante las horas de descanso nocturno, aunque la energía es más barata, no se recomienda poner en marcha la calefacción, ya que ciertas personas pueden sufrir dolores de cabeza al despertar y el ambiente puede quedar muy seco.
Sin duda, debemos usar la calefacción con criterio y procurar que nuestra vivienda esté correctamente aislada para no despilfarrar.
En el caso de que no dispongas de calefacción, y la casa está orientada al sur, puedes recurrir a unas pequeñas argucias como subir las persianas cuando haga sol para que se vaya caldeando la estancia.
Tampoco podemos perder de vista los siguientes consejos:
Llena las paredes de cuadros y estanterías con libros, pues pueden funcionar como el mejor de los aislantes.
Instala cortinas térmicas en las ventanas.
Cierra las puertas de las estancias para retener el calor.
Los suelos con alfombras ayudan a aislar.
Ahora que tenemos el invierno a las puertas, haz acopio de todos estos consejos y no permitas que el frío te coja desprevenido.
O cuéntanos lo que necesitas y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible