Quienes cuenten con una estancia independiente en la que puedan instalar una pequeña oficina en casa son unos auténticos afortunados, pues ahí gozarán de tranquilidad, silencio y, por lo tanto, resultará perfecto para concentrarse o entablar videoconferencias con clientes o con el resto del equipo.
No obstante, esto no es lo más común y la mayoría debe ubicar su mesa de trabajo en un espacio compartido, ya sea el salón, la cocina o el dormitorio.
Vamos a ver cómo sacarle el debido partido para que nuestras jornadas de trabajo en casa resulten lo más fructíferas posible. Al respecto, te recomendamos que leas con atención todo lo que sigue:
La importancia del lugar: conviene que el espacio escogido esté lejos de televisores y zonas de paso. De lo contrario, sufrirás constantes distracciones.
Una buena fuente de luz: el puesto de trabajo necesita una ventana que deje pasar abundante luz natural. Procura ubicar la mesa bajo una ventana. No olvides reforzar con una lámpara o un flexo para cuando anochezca o el día amanezca nublado.
Una adecuada ergonomía: ten presente que vas a permanecer sentado durante horas. Por este motivo, debemos prestar atención a aspectos como la distancia y altura a la que se encuentre colocada la pantalla del ordenador. Respecto a esto último, los expertos recomiendan que se ubique a una distancia mínima de 40 centímetros. Tampoco te despistes con la silla. Harías bien en adquirir un modelo ergonómico regulable en altura, cuyo respaldo se adapte adecuadamente a la espalda, especialmente la zona lumbar. ¡No olvides el reposabrazos! Además, unas ruedas te ayudarán a que se mueva fácilmente, no haga ruido con cada desplazamiento y, por supuesto, a que no raye el suelo de tu hogar.
Llénalo de estilo: decorar la oficina a nuestro gusto, impregnándolo de nuestro estilo y personalidad. Caben en este espacio todos aquellos objetos que te llenen de buenos recuerdos y de energía positiva.
La organización es clave: no olvides que un espacio de trabajo en el que se amontonan los papeles, los libros y la documentación de la empresa supone un obstáculo para el rendimiento laboral. Por lo tanto, instala estanterías y cajones que te permitan mantener el orden.
Una vez que tienes este lugar de trabajo montado, procura que nada entorpezca el desempeño de tu profesión. De este modo, te recomendamos que, aunque trabajes en casa, sigas ciñéndote a los horarios en la medida de lo posible. En definitiva, ten presente la siguiente propuesta:
No te quedes en pijama y vístete adecuadamente. Quizás no tan formal como en un día de oficina, pues aquí puedes permitirte el lujo de la comodidad.
Establece una rutina y un horario de trabajo, además de unos objetivos diarios. De esta manera, conseguirás ser más productivo y no acabar trabajando a deshoras.
Apaga la tele.
Levántate de la silla cada cierto tiempo y pasea por la casa. Puedes incluso aprovechar para hacer pequeñas tareas domésticas como poner la colada o el lavavajillas. Esto te servirá para estirar tus músculos y descansar tu vista que padece con el sobreesfuerzo visual.
Si apenas contamos con metros en nuestra casa para habilitar este lugar de trabajo, tendremos que echar mano de la imaginación. Ya verás que no es tan difícil estrujar el espacio para conseguir nuestro preciado hueco para trabajar.
De este modo, te recomendamos pequeños escritorios que se ocultan cuando dejamos de usarlos y una coqueta silla plegable que podrás guardar en un rincón al concluir tu trabajo.
En suma, el teletrabajo es una excelente opción, pues es mejor para el medio ambiente, ya que nos ahorra desplazamientos, además de ser perfecto para la conciliación de la vida familiar con la laboral. Así que ve haciendo un hueco en casa a tu espacio de trabajo.
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