En concreto, los aceites esenciales consisten en concentrados de materia prima vegetal que se distinguen por su intenso aroma. Son sustancias volátiles y ligeras que se extraen de plantas, raíces, flores, hojas, árboles…
Así, entre los más conocidos podemos citar el aceite esencial de limón, de lavanda, el eucalipto o el del árbol del té, entre otros muchos.
Lo cierto es que los aceites esenciales han ganado popularidad no solo porque desprendan una fragancia que nos enamora, sino también porque nos ayudan a relajarnos, suben nuestro estado de ánimo e incluso fomentan el descanso nocturno. A esto se añade que pueden mejorar los síntomas de un resfriado o una gripe.
Pero hay muchos más beneficios que pasamos a recopilar a continuación:
Limpian y desinfectan las estancias.
Repelen insectos.
Más naturales que los ambientadores de hogar que solemos encontrar en las tiendas.
Mejoran el aire, un aspecto especialmente conveniente si tenemos bebés en casa ya que le ayudarán a descansar de manera más plácida.
Permiten practicar la aromaterapia a la que se han adjudicado infinidad de bondades como el alivio de dolores articulares.
Estimulan la creatividad.
Para empezar a disfrutar de estos increíbles aromas en el hogar necesitamos hacernos con un difusor. Así, este último es un dispositivo que dispersa en el ambiente micro partículas de agua mezcladas con aceites.
En el mercado es posible encontrar dos tipos de aparatos difusores. Toma nota de la siguiente explicación que te ayudará a distinguirlos:
Difusores eléctricos con agua. Estos disponen de motores en la base del aparato que a través de ultrasonidos utilizan una pequeña cantidad de agua, ya sea mineral o del grifo. De esta manera, se produce una niebla aromática.
Difusores eléctricos sin agua. El aceite no se mezcla con nada y desprende un vapor frío en el que aprecia el aroma de nuestro producto.
Con tan solo un difusor bastará para aromatizar prácticamente toda la casa si dejas las puertas de las estancias abiertas de par en par.
Otra manera sencilla –y muy módica– de aspirar su aroma es empleando una botella de spray en la que mezclaremos agua con unas gotitas del aceite esencial de nuestra elección. Podremos ir recorriendo la casa y pulverizando el ambiente.
Pero te proporcionamos un último truco. Sí, pues puedes agregar unas gotas sobre la bombilla o bombillas de una lámpara que al ir calentándose permitirá que vaya desprendiendo aromas. ¿Qué te parece? ¿Te lo apuntas?
En suma, si queremos que nuestra casa nos huela a gloria y sacar partido de todos los beneficios expuestos anteriormente, ya sabes que los aceites esenciales pueden ser la respuesta a tus plegarias.
O cuéntanos lo que necesitas y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible